Pero desde hace más o menos un mes ha empezado a ladrar de manera aguda e insistente y no estoy segura de cómo reaccionar. De momento hemos conseguido pararla don premios, pero cuando ya se excita mucho no sé cómo hacerlo, y no quiero que le coja gusto al asunto. Este comportamiento lo hemos notado porque últimamente hemos hecho varias excursiones al campo a sitios relativamente aislados. Vamos por un sendero tan contentos y otros excursionistas se acercan en nuestra dirección, y antes de que los veamos Pipa ya está ladrando. Llegamos a un remanso del río y nos sentamos, y si alguien más osa invadir el mismo lugar se pone como las cabras. Estamos en la casa del campo en el patio por la noche, y si han chicos en la plaza justo al lado (pero que apenas se distinguen a oscuras), ladra como una posesa. Y finalmente el otro día, sobre la 1 de la madrugada, montó un concierto en la terraza porque al otro lado de la pared debía de estar el vecino, que es mi primo y conoce de sobra. De momento en sitios con mucha gente, como la calle y el parque, no ladra. Y a los perretes los tiene fritos pero se lleva bien con todos. Estuve leyendo un poco de counter-conditioning, y si bien parece sencillo cuando te puedes anticipar y la amenaza es relativa, no sé cómo utilizarlo cuando la fiera ya se ha depertado.
¿Alguien ha pasado por esto? ¿Ideas? ¿Consejos? y sobre todo, sugerencias sobre qué NO hacer.
¡Gracias!